Antes de anoche, soñaba entre tus versos.
Colgándome del balcón de tu sonrisa,
me mecía en tus brazos que cobijan,
y sentía, en tus besos mi horizonte.
No perdí jamás de vista tu perfil,
en la foto de la percha de tu padre.
Necesito encontrarme junto a tí.
Aunque el frasco de esperanza ya no abre.
Y queriendo borrar yo mi tristeza.
He dejado en tus manos el destino
de la vida que tenían mis sentidos,
pues para ello, ya no más, me queda fuerza.
Es posible confundirlo con pereza,
sin embargo, es distinto el sentimiento,
la alegría te has llevado, no te miento,
a mi vida hoy la embarga la tristeza:
tu ausencia se llevó... ¡toda belleza!
Anoche en el lecho no dormía
¿lo recuerdas?, como antier te decía...
Hoy la causa es distinta...
No es por tu amor que el sueño no concebía
es el dolor que le dejaste al alma mía
Del cual no sé, si sanará algún día...
Solo el tiempo me dará esa respuesta,
mientras tanto afligida hoy me encuentro,
ya jamás he de sentir tanta tibieza
en tus poemas, ni en tus charlas, ni en el encuentro
que casual pudiera darse...
Dos son necesarios para amarse...
Una soy yo...
¡Qué tristeza!
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